Todo comenzó hace ya tres semanas. En Igalia recibimos la propuesta de realizar un proyecto a comenzar a principios de octubre y que se alargargaría hasta mediados de diciembre en Helsinki. Rápidamente, muchas de las miradas de mis compañeros se dirigieron a mí, y es que ya es bien sabido que cuando se nos presenta un proyecto fuera de Coruña, si el marco de trabajo se adecúa a mi perfil, yo soy de los primeros en no poner ningún impedimento a esto de viajar 😉 . Supongo que el hecho de que aún no tenga ningún tipo de responsabilidades para con nadie hace que sea uno de los tipos más libres y con menos ataduras de Igalia, así que, pasado el acojone inicial de «¡¡¿¿ A Helsinki ??!!», la decisión era bastante fácil de tomar. Oportunidades de trabajar en el extranjero, en un sitio que no se conoce no se presentan todos los días, y hay que aprovecharlas mientras uno aún es joven, puede permitirselo y sigue con ganas de aprender y ver mundo, así que me presenté voluntario.
Como el trabajo estaba proyectado para dos personas, tras las deliberaciones internas quedó claro que los afortunados seríamos Alex y yo, así que ya sólo quedaba preparar el viaje.
Este tipo de cosas imprevistas suelen venir a obligarte a hacer cosas que has postergado de forma indefinida sin motivo aparente. Es como cuando dejas que los datos de tu disco duro crezcan y crezcan sin parar sin hacer limpieza y eliminando todo aquello que ya no necesitas o son cosas temporales. Un día se te rompe el disco duro de marras y la limpieza te la hacen de forma involuntaria. Te quedas sin nada, excepto con lo que tienes copia, por casualidad, en algún CD o servidor. Normalmente lo que se salva es aquello que de verdad tiene importancia. El resto de datos «basura» los volverás a genera con la inercia del día a día ;-).
De la misma manera, este viaje me obligó a realizar ciertas cosas, como comprarme mi nueva cámara de fotos digital Nikon Coolpix S2 que espero utilizar a menudo en este viaje, aunque Álex parece que no me va a ayudar mucho, porque ya me ha amenazado con cobrarme royalties por cada foto en la que aparezca 🙂 .
Ropa aparte, otra de las cosas a preparar, y que a Álex le preocupaba bastante era el tema del inglés. Para ello estuvimos durante 3 días haciendo un curso intensivo en la academia que habitualmente nos da clases particulares en la oficina.
Por lo demás, debido a lo apretado del calendario, no pude acercarme a León antes de salir de viaje para despedirme de familia y amigos y ayudar a mis padres en lo que pudiera para la venta de su casa, ya que tienen planeado mudarse a un nuevo piso.
Finalmente, nuestro viaje se programó para el domingo 8 de octubre, así que aproveché el viernes anterior para salir por última vez por Coruña con los amiguetes por Coruña, hasta mi vuelta en Navidades y el sábado me pasé el día vegetando, hablando por teléfono durante horas con todo el que pude y postergando el hecho definitivo de hacer la maleta, y es que hasta el último momento no te crees demasiado que te vas a otro lugar por 2 meses :-).
Finalmente, a eso de las 2 de la madrugada ya tenía todo el equipaje hecho. Me quedaban unas poquitas horas de sueño antes de levantarme para preparme y que Álex me pasara a buscar a eso de las 6:00a.m.
Primera foto del viaje: el aspecto general de mi habitación antes de la partida :-).